El Ballet Aragonés Baluarte realizó una exhaustiva labor de investigación para crear esta obra. Se estrenó en el teatro Capitol de Calatayud en 1994, y a día de hoy todavía sigue teniendo el mismo éxito que cautivó al espectador el primer día.
Nació en Calatayud en 1819. Su belleza era excepcional. Le toco vivir en una época conflictiva, llena de rencores colectivos. Su propia vida estuvo mediatizada por la ambición de un padre y de un marido que se disputaron y dilapidaron la cuantiosa herencia que le pertenecía. La Dolores es leyenda porque era una mujer, y como tal, sujeta a las leyes de la vida, con sus grandezas y sus debilidades.
En esta tesitura, al encontrarse entre la espada y la pared de la indiferencia y el desamor, ¿pudo Dolores buscar fuera del infierno de su hogar el calor que le faltaba? Esto es algo que nunca podrá saberse con certeza, ni debe tener mayor importancia.
Lo cierto es que una copla anónima, surgida del pueblo (con o sin motivos), catapultó a esta singular mujer a la fama universal y al mito. Y esto, por encima de cualquier otra consideración, es lo que realmente tiene trascendencia; porque su leyenda, que se mantiene viva en todos los ámbitos, ha generado un patrimonio cultural que sigue acrecentándose, pero que no tiene parangón en la música y en la literatura universal.